EL OMBLIGO DEL MUNDO

Textos, noticias y fotos sobre la política latinoamericana

domingo, septiembre 24, 2006

Elefante en un bazar

Al igual que los humanos, Estados Unidos vuelve a tropezar dos veces con las misma piedra. Como ya hizo en Bolivia donde las decaraciones del embajador ayudaron significativamente a construir el liderazgo de Evo, ahora el congresista Dan Burton se convierte en el jefe de campaña del sandinismo. Aquí la historia.

domingo, septiembre 17, 2006

Nicaragua, tan pacíficamente ácida

Encontré este reportaje al candidato a vicepresidente de Nicaragua por el frente que hizo el Frente Sandinista para las elecciones generales de noviembre. El tipo viene del PLC, partido de derecha que lideró Arnoldo Alemán -ex presidente, juzgado por corrupción- y que desde hace años negocia con el FSLN el manejo del Estado, entre otras cosas. Cómo leerán, la política nicaragüense tiene similitudes con otras mas cercanas a nosotros, aunque su pasado revolucionario y bélico crea situaciones un tanto felinescas como la disputa por una vivienda entre Daniel Ortega y su ahora candidato a vicepresidente.
¿Será un eslabón más en la caída del paraíso sandinista o el comienzo de una opción política nacional y reformista?
(los párrafos resaltados son míos)

Jaime Morales Carazo se considera “un seguro de sensatez” en un gobierno del FSLN

"No he hipotecado principios

Hombre de mundo y de varias gavetas, gran seguidor de Mao Tse Tung con su “combate y negocia, negocia y combate”, ex banquero, ex asesor de su ahijado Arnoldo Alemán, coleccionista de arte, intelectual y astuto político, el diputado liberal Jaime Morales Carazo me recibe en su nueva residencia que no sólo lo refleja en su personalidad, sino que recuerda un poco su casa anterior que alguna vez litigara con su actual habitante Daniel Ortega, quien es ahora su compañero de fórmula presidencial

Ésta sí que ha sido una sorpresa: Jaime Morales Carazo, vicepresidente de Daniel Ortega, su adversario, ¿cuál fue el proceso?

Yo comparto que te haya sorprendido, porque es una sorpresa para mí mismo y mi familia. Jamás imaginé, ni en el santuario de Apolo, ni que hubiera visitado a todas las pitonisas, la posición en la que me encuentro ahora.Posiblemente el proceso tenga origen en haber vivido muy de cerca lo infructuoso de una lucha estéril con tanto dolor y muerte. Ambas partes en la guerra fraticida sentíamos que estábamos siendo usados por intereses supranacionales en el mundo bipolar de entonces. Me motivó la frase de Bartolo, un combatiente campesino, edecán del Comandante 380: “Los que hacemos la guerra, somos los que más queremos la paz”.A mí me nombraron jefe negociador de la paz por parte de la Contra en un proceso que duró un año hasta desembocar en Sapoá. Mi trato inicial era con gente que estaba al frente de la guerra, Humberto Ortega, Joaquín Cuadra y Lenín Cerna, quien me pareció atento y caballeroso.Cuando en la mesa de negociaciones las partes que estábamos en guerra nos vimos a los ojos, supimos que nos podíamos entender entre nosotros. Nos entendimos mejor cuando ya no estaba la presencia perturbadora de quienes representaban otros intereses. Llegué a la convicción de que había que hacer todo lo posible para que Nicaragua no volviera a desembocar en la confrontación bélica.Entonces, ¿tuve trato cercano con Daniel Ortega?Cuando gana doña Violeta y el Frente Sandinista pasa a la oposición, a mí me corresponde ser parte de la reestructuración del Partido Liberal. Luego Arnoldo gana y se presentan una serie de circunstancias conflictivas que ponían en riesgo la estabilidad del país. Hay una relación más continua, más frecuente (con Daniel), que va a durar del 97 a la fecha. Se me atribuye ser el arquitecto de los pactos. Yo participé para buscar la estabilidad. Arrancó con Humberto Ortega, antes que Arnoldo fuera Presidente. Yo veo que una vez que termina la guerra, lo más inteligente es que el que gane, reconozca al que perdió. Así comienzan las pláticas para la gobernabilidad y la estabilidad. Se intensifican esas relaciones cuando se trata de hacer sobrevivir el gobierno del presidente Bolaños que se coloca en la peor posición tras haberse apoyado los dos primeros años en el Frente Sandinista. Él trata de romper esta relación para un reencuentro con Arnoldo. Yo comenté que en el caso del Frente Sandinista, eran adversarios, pero en el caso de Arnoldo, eran enemigos, y que si el Presidente quería gobernar, la peor cosa que se podía hacer era echarse en manos de intereses externos. Es el Presidente el que promueve el apoyo externo a falta de apoyo interno y la Embajada Americana. Él promueve esa ingerencia.

Temperamentos opuestos

Los intereses dogmáticos de los partidos se fueron diluyendo y dieron lugar a los pragmáticos. En muchísimas ocasiones, en pláticas y discusiones Daniel le dijo a Arnoldo: “No, hombré, eso no le conviene al país, aunque te convenga a vos”.Siempre aprecié que había en él un trasfondo de interés nacional y social en muchos aspectos. Tal vez más frío Daniel Ortega, cualidad que siempre me llamó la atención, y con capacidad para escuchar, que es de las virtudes más escasas dentro de los nicaragüenses. El que escucha está descifrando todo, sin haberlo preguntado.Daniel escucha con atención, con educación, nunca interrumpe, no ofende, nunca le he oído una mala palabra. Vi que dentro de su misma seriedad, había un sentido de humor controlado, de sensatez y mucho pragmatismo. Me llamó esto la atención, más después de tratar de cerca con alguien todo lo contrario: explosivo, volcánico (Arnoldo Alemán), aquel que comienza una casa por el techo, y las bases, ¡Dios proveerá! Temperamentos totalmente opuestos.A mucha gente le disgusta el pacto porque se revirtió en contra de los nicaragüensesEl pacto era una joven virtuosa, virgen. Cayó en manos de los seres humanos con todas sus pasiones y debilidades y se prostituyó el propósito principal que era estabilidad y gobernabilidad. Cuando habíamos llegado al poder y estábamos en las pugnas, los tranques, desconocíamos el comportamiento de las estructuras del poder fáctico del país. Un Arnoldo antagónico con una estrategia maniquea: bueno, malo, blanco, negro y en contra del Ejército, en contra de la Policía, acuérdate.Producto de las reformas del 95 hay una gran cantidad de candados. Cuando Arnoldo llega en el 97, la Corte Suprema tiene que deshacer una serie de barbaridades. ¡Ya habían nombrado Presidente del Banco Central! ¡En todo el aparato de la Corte Suprema no había un solo magistrado liberal! Cuando te das cuenta que no tenés el verdadero derecho al ejercicio del poder, después de haber ganado las elecciones y que el Frente y el PLC representaban el 96% del voto, de un universo de cincuenta partidos, pensás y actuás políticamente. Entonces viene la protección. De siete miembros, cuatro son míos y tres son tuyos. Cuatro del que ganó. Lo ideal es que fueran de lo mejor de mi partido, de la sociedad. Pero ¿dónde están los ángeles, dónde están los arcángeles? El que se pone es mi compadre, el que me cuida más la cosa. No conozco otra manera de manejar los países en el mundo sino es a través de la negociación, que conduce a pactos, compromisos, kupia kumi, como se quiera llamar.

(...)

¿Cuándo le dijeron claramente que fuera el candidato?

Vos sabés que estas cosas no son como “¿cuándo dijiste el sí?”, éste es un proceso. Me dijo Daniel que había pasado la prueba de fuego que era haberme presentado ante una multitud, al ex Contra, el padrino de Arnoldo Alemán, el hombre con quien tuvo problemas en la casa, con quien tuvo problemas en la guerra, el negociador de la Contra, que fue jefe de campaña del PLC y que le ganó al Frente. Pero también el negociador para la paz, que ayudó a que hubiera entendimiento para la estabilidad durante el gobierno de Arnoldo Alemán.

¿Qué costos ha asumido con su decisión?

Muy pocos. Algunos escasísimos elementos, no los más representativos ni los más sobresalientes, han comentado lo que hice porque no ven al país más allá de su bolsa. Para muchos de los más ricos, bromeaba con ellos, soy un seguro por el que no pagaron prima. Es un seguro de sensatez, de una persona que va a mantener sus principios y si acaso hubiera algo, no va a plegarse, porque no tienen influencia en él, ni se ha caracterizado por la docilidad. Es un mensaje Si yo fuera Vicepresidente

Como Vicepresidente, ¿qué va a manejar?

El poder es indivisible. Nadie le pone condiciones a un Presidente. El error que ha habido es que los vicepresidentes se creen cogobernantes, agarran la vara, se les sube la soberbia y creen que ganaron las elecciones porque él estaba ahí.Yo no estoy aspirando a manejar nada. Me gustaría dirigir, coordinar. Podría tener participación más activa en las áreas de mi experiencia, como el sector financiero, el sector bancario, cómo manejar una economía sana. No podemos estar jugando con inflaciones. Hay que mantener libertad cambiaria absoluta; magníficas relaciones con los gringos, Fondo Monetario, Banco Mundial. No pelearnos con nadie. Juntar medioambiente con todo lo que es la actividad turística para ofrecer un paquete de ecoturismo, que es lo que más pudiéramos ofrecer
También la industria de la maquila.El Cafta es el único palo que tendríamos para ahorcarnos, saquémosle el mayor beneficio pero no excluyamos al ALBA, las relaciones con todos los países.
Controlar que no haya irregularidades masivas consentidas en la propiedad, preservando el derecho con un adecuado Registro de la Propiedad.¡ Nada de que se pierdan hojas! Siendo tajante contra las invasiones de tierra porque si no se dan garantías y estabilidad, ¿quién va a querer producir?

Agosto, 2006. Extracto de entrevista del libro ELECCIONES 2006.

sábado, septiembre 16, 2006

1, 2, 3 muchas democracias


Va llegando la hora de discutir algunas banderas históricas. Va llegando la hora de discutir todo. Los mejores de nuestra generación lo llaman "construir el relato del orden democrático", lo que a mi juicio tiene el exceso de toda síntesis que se ubica en el lugar incómodo de derribar muros ideológicos construidos para otra época. Menos oscuro: si bien el título del post indica que comparto la hoja de ruta, intenta también decir que hay algo (mucho, creo) de explosivo, de desorden en la construcción de democracias por estos parajes empobrecidos. Los últimos años fueron mostrando un derrotero que si bien democrático también fue y es convulsionado, disruptivo y donde el "orden", al igual que hace tiempo fue la "democracia" se presenta como un lugar de batalla entre las fuerzas políticas y sociales de nuestros países. Clarito se vio por estos días en Bolivia, donde un gobierno que nació de cortar rutas en Cochabamba, apedrear al ejército y amenazar el "orden" establecido rodeando la casa de gobierno intenta ahora mantener a raya a las regiones ricas del país donde sus sectores dirigentes parecen ser efectivos a la hora de movilizar a sus ciudadanos y copiar aquellos métodos de protesta insurreccional.

Desde hace un tiempo (2, 5, 7 años según que país agarremos) las sociedades latinoamericanas vienen mostrando en su exterioridad los cambios profundos que las sacuden, producto del agotamiento de proceso de acumulación neoliberal. Claro que esas explosiones que en otra era el Ché las imaginaba similares a la experiencia vietnamita, se nos están revelando con otro ropaje. Algunos pensaran que lo que ocurre hoy no guarda relación con los procesos de liberación nacional de los sesenta o setenta y algo de verdad hay. En el medio se cayó el muro, las dictaduras redefinieron gran parte de nuestras economías y cabezas, pero creo que hay un hilo conductor. O mejor: creo que lo que hoy vivimos es el comienzo (o el final, eso siempre es confuso en la historia) de la resolución del gran proyecto inconcluso del siglo XX latinoamericano: la construcción de un lugar en el mundo, la consolidación de una estructura política y económica que nos permita márgenes reales de autodeterminación e independencia. Y eso América Latina lo está logrando a medida que sus países van encontrando rumbos democráticos verdaderos. Con verdaderos me refiero a Lula, a Evo Morales, a Hugo Chávez, a Kirchner o a Michelle Bachelet. Es decir, a gente que represente el saldo cultural, político, de pigmentación y de antinorteamericanismo que dejó el derrumbe de los 70-90.

De Francia se dice que raramente haga algo en el futuro mas grandioso que la Revolución Francesa de 1789. Quizá la idea sea un poco estática, pero bien entendida no deja de tener razón: de aquel año hasta hoy se limitó a discutir "cuánto" de libres, de iguales y de fraternos serían, pero esas premisas no se cambiaron más (tal vez un poco la significación se esos conceptos pero no mucho). El barco sigue, y cuando se presentan momentos de zozobra -mayo del 68, Le Pen- la tormenta pasa sin dejar mucho rastro.

¿Se podrán hacer las transformaciones democráticas profundas que inauguren una era distinta, donde la democracia -porque es real- no se discuta más? Seguramente los habrá optimistas y los habremos pesimistas. Personalmente, considero que para los sectores que siguen y seguirán siendo los dueños de la mayoría de las cosas la democracia será un valor cada vez menos apreciado, cada vez que esté asociado a la incorporación de antiguos y nuevos excluidos. Cada vez que la democracia encuentre las formas de dar comer, de educar o de curar sospecho que hay intereses que empezaran a mirar para otros horizontes menos cívicos. Pero si llega, para eso falta.

Hoy se trata de terminar de dar vuelta el guante de una guerra ideológica que nos partió al medio: en los 70, con Jimmy Carter a la cabeza, EEUU logró que la palabra democracia se incorporara al vocabulario invasor y, por sobre la derrota calamitosa de los movimientos populares de todo el continente, el concepto fuera tan solo la muestra de magnanimidad del vencedor. La morfina suministrada para pasar el dolor de la pos-guerra. Como le gustaba decir Aldo Rico: "En los setenta los combatí con las armas, hoy con las urnas" El tema es que la democracia está por ponerlo preso, y las urnas vienen dándole triunfos a los que derrotó. Pero más allá de esta paradoja local, a escala regional parece haber una mutacion que nos llevó de una "imposición" democrática luego de la guerra social del XX a un lugar donde el sistema de representación empieza a dar lugar a los despojos humanos de aquella guerra. De ahí la mudez estridente de EEUU, que parece nada opinar sobre el díscolo presente continental. Claro, nos dicen que el Tío Sam está muy ocupado en otras zonas del mundo, que "no le presta atención a la región" y demás gansadas. Lo que pasa es que no sabe que decir: que no es lo mismo a no saber qué hacer (aunque sus acciones no son tampoco muy claras, guarda el olfato para aliarse con lo más retrógrado y podrido de cada país). No sabe qué decir porque es presa de su discurso de fin siglo XX, su discurso democrático. Discurso que le sigue siendo útil en otras zonas del mundo pero que su patio trasero ha sabido adoptar y hoy (es nuestro acto antiimperialista más logrado) lo reformula, lo tercermudiza al intentar construir una democracia tensionante y continuista a la vez, que busca ser inclusiva y transformadora. 1, 2, 3 muchas democracias: en la lista parecen faltar México y Colombia. Uno casi llega y está por verse que pasa, el otro puede ser la punta de lanza de un moderno orden pos-democrático, guerrero y oscuro. Ojála que no.

domingo, septiembre 10, 2006

El presidente que no fue


A veces suceden cosas que no deberían suceder. En México debería haber ganado A. M. López Obrador. Una poderosa combinación de clima continental con un largo devenir político nacional había creado las condiciones para un triunfo del PRD. Pero no fue así. Ya sea por fraude, ya sea por la influencia de la Virgen de Guadalupe en auxilio del católico PAN, ya sea que AMLO se "dejó estar" en virtud de las encuestas, etcétera, por el motivo que sea no pasó lo que debería haber pasado. Así, lo que sucede es el "abismo" político que muchos analistas vienen pronosticando para el México de los próximos tiempos. Las poco claras estrategias del oficialismo para calmar las aguas (hasta ahora totalmente infructuosas) muestran hasta qué punto la situación es inesperada para todos los actores. En algún sentido se vuelve creíble la postura oficial sobre la veracidad de los números: obviamente es más que probable que AMLO haya sido el que sacó más votos, pero aún así la elección fue demasiado pareja, y una elección con empate técnico -de una votación crucial- no puede llevar a otra cosa que a la crisis. Si todo se debió al fraude ¿por qué no robar un par de puntos más, como para despejar dudas? El razonamiento lógico lleva entonces a ver el presente político mexicano como un lugar que no fue construído por ningún actor, sino por el fracaso parcial de todos. Si el zapatismo viene mostrando desde hace 12 largos años -más allá de sus pretensiones mas ambiciosas- la crisis de representación en que cayó el sistema político, esta elección no viene a dar respuesta a ello (como podría entenderse un triunfo más o menos amplio del PRD). La crisis se agranda (es de esperar que el PRD y AMLO se conviertan de aquí en más en "zapatistas" nacionales, intentando conformar una resistencia social que juegue con los límites de la legalidad) y lo más esperable es que el gobierno busque alguna forma de relegitimarse por la acción concreta, ya que no parece poder hacerlo desde el uso del lenguaje político o simbólico.
Sin embargo, resulta difícil compartir la idea de que una revuelta ciudadana-popular pueda cambiar radicalmente el curso político e impedir la asunción del Calderón. Si eso pasara estaríamos ante el acontecimiento más importante del continente de los últimas décadas: México es el segundo país de Latinoamérica, ya sea en términos de PBI como de población, es además la puerta de entrada al patio trasero que tiene EEUU. Una desestabilización de su régimen político dejaría a los sucesos argentinos de 2001, o al derrocamiento de Sánchez de Lozada en Bolivia -por citar un par de casos- como datos accesorios de un terremoto general que reacomodaría un sinnúmero de posicionamientos y alianzas en todo el subcontinente. Es más que dudoso que el gobierno norteamericano y los poderes conservadores locales permitan tal cosa. No, al menos, sin antes arriesgarse a un enfrentamiento que soltaría unos cuántos fantasmas que muchos creen enterrados por siempre por las jóvenes democracias de la región.
La alianza social que se está cocinando al calor de la lucha de AMLO es inestable, de ahí la incertidumbre por los límites de su accionar: antes de la elección se perfilaba como una fuerza de centroizquierda con base en el DF. Un poli clasismo con conducción de los sectores medios, culturalmente progresista y -como espejo de la opción del Sub comandante Marcos- con los dos pies adentro del sistema político mexicano. De hecho, tiene más aceptación que la elección de 1988 sí fue robada a Cuauhtemoc Cárdenas, lo que en su momento no supuso más que un pataleo suave comparado con lo que sucede hoy día. En ese momento el PRD no vaciló en tragarse el sapo a cambio de seguir construyendo poder territorial en el Distrito y ensanchar su representación parlamentaria. Después de la ratificación del triunfo de Calderón por parte de la estructura jurídica de la república esa alianza para haber mutado. El peso de los sectores populares en la alianza opositora va en aumento. De una alianza social con objetivos electorales se pasó a una veloz construcción política que aglutina mitines y movilizaciones a nivel nacional, ocupación del espacio público por tiempo prolongado y organización de mega marchas con una regularidad que despeja la posibilidad de la espontaneidad. Conforme con todos estos cambios, el discurso también mutó. No en vano AMLO ha pasado de ser visto como un prolijo administrador del distrito federal a un populista imitador de Chávez. Cada vez más el discurso del ex candidato habla de los pobres y del pueblo, no ya como una entelequia al que se le debe tirar una mano, a la que la "gente" debe rescatar de su exclusión, sino como el sujeto activo de la pretendida revuelta.
Los resultados estarán por verse. Pero ya se puede anotar que México, ese país que hasta ahora aparecía escindido del proceso de cambios que vive la región, que intentaba sortear la crisis de representación y la crisis neoliberal dando trancos ciegos hacia los brazos de EEUU, entró definitivamente en el desmadre regional.