EL OMBLIGO DEL MUNDO

Textos, noticias y fotos sobre la política latinoamericana

martes, agosto 22, 2006

Chacho de américa



Un reportaje que salió hoy en la Nación. No sé, para mi que es el momento más feliz de Chacho. Haciendo lo que mejor le sale: ser un portavoz, un intérprete calificado, pero no un creador.

Carlos Alvarez: "El ALCA está muerto"

Admitió que la postura del Mercosur puede provocar "tironeos" con Estados Unidos

Si quedaba alguna duda, Carlos "Chacho" Alvarez se encargó de despejarla: la relación del Mercosur con Estados Unidos decididamente no es una prioridad para el bloque. "El ALCA está muerto porque implica un modelo de negociación asimétrica entre Norte y Sur" y "el hecho de dar a la región mayor autonomía puede generar momentos de más tironeo con EE.UU.", dijo el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur durante una entrevista con LA NACION. Desde que terminó la Cumbre de las Américas que se hizo en Mar del Plata a fines del año pasado, se escribieron kilómetros de teorías y opiniones sobre si la decisión del Mercosur y de Venezuela de no incluir al ALCA en el documento final implicaba una ruptura con EE.UU. Alvarez fue muy claro al respecto: "A diferencia de otras épocas donde había un mayor vínculo de dependencia con la potencia dominante, el signo actual es tener estrategias de desarrollo que permitan al bloque manejarse con mayor autonomía". En el lobby del tradicional hotel Radisson de Montevideo, defendió el apoyo de los países del Mercosur a la candidatura de Venezuela como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, otro de los temas que genera rispidices con EE.UU. "Es una decisión tomada en la última cumbre de Córdoba, apoyada por todos los miembros del bloque", dijo.

-¿Uruguay está de acuerdo? -

Bueno, Venezuela está cooperando muy significativamente con Uruguay. Está Ancap trabajando con Enarsa y Pdvsa en la cuenca del Orinoco haciendo exploraciones petroleras. Hay muchos proyectos de cooperación.

-¿Un intercambio de favores? -La cooperación es parte de la integración, que tiene dos carriles: uno es la integración comercial, productiva, energética; el otro, la cooperación. La tarea de Venezuela en ese sentido es muy importante, como lo fue con la Argentina cuando ayudó al país a financiar sus responsabilidades por cerca de 4000 millones de dólares.

-Pareciera que Venezuela es el Papá Noel del Mercosur.

-No tiene ninguna contraindicación que si un país está muy solvente y líquido pueda cooperar con otros países del bloque. Al mismo tiempo, Venezuela necesita diversificar su economía y no depender excesivamente del petróleo.

-¿Qué aporta al Mercosur que Venezuela esté en el Consejo de Seguridad?
-Es muy difícil, imposible diría, que si uno de los países con el que se está trabajando un proceso de integración es candidato para ocupar una banca no se lo apoye políticamente.

-Más allá de las ventajas numéricas, ¿es políticamente positiva la incorporación de Venezuela?
-El Mercosur en general tiene hoy presidentes que quieren que el bloque tenga más autonomía en cuanto al desarrollo de sus países y de la región, a diferencia de otras épocas donde había un mayor vínculo de dependencia con la potencia dominante.

-¿Pasó el tiempo de las relaciones carnales?
-Ni relaciones carnales ni enemistad por ideología porque la integración tiene un componente de interés que es irreemplazable. No es lo mismo el Mercosur de los 90, esencialmente comercial, que el de ahora, en el que se habla de desarrollo productivo, social y energético. No sólo integramos mercados, sino que planteamos un modelo de desarrollo más integral. Por el hecho de darle a la región mayor autonomía puede haber momentos de tironeos con los EE.UU., pero eso no debe significar ninguna fractura.

-Respecto de la relación que el bloque se plantea con EE.UU., parece que Uruguay tiene una visión diferente. Vázquez admitió que busca acuerdo comercial.
-Lo que hay en Uruguay es un debate interno que nos exige ser muy respetuosos y no involucrarnos. Discuten la conveniencia o no de un tratado con EE.UU. del que todavía no se saben bien las características.

-Un tratado de libre comercio (TLC).
-Un TLC, pero a veces se habla de acuerdo comercial, no está especificado. Cuando concluya ese debate, los otros miembros decidirán si es posible flexibilizar ciertas normas para continuar la convivencia.

-¿Implicaría un retroceso para el Mercosur permitir que los socios hagan acuerdos independientes? -Lo deberán decidir los miembros. Asegura que no extraña la política local ni tiene "planes ni interés" en candidatura alguna.

-¿Cuándo fue la última vez que habló o vio a De la Rúa? -[Piensa algunos segundos.] ¡Ah!, no sé ¿En el 2000? -¿Cuando era su vicepresidente? -Claro, desde que renuncié nunca más lo vi. ¡Ah!, sí, lo vi una vez más. -Citando la célebre frase de Alfonsín, ¿cree que De la Rúa no supo, no quiso o no pudo? -[Piensa un instante.] Y bueno Era una coyuntura compleja desde todo punto de vista, pero me parece que se fracasó en el abordaje de cada uno de los problemas. Se tomó el último capítulo de la convertibilidad, el tramo más negativo y complejo de un proceso que estaba agotado. -¿Admira a algún político? -[Ríe.] No. ¡Somos grandes para admirar! Por Florencia Carbone De la Redacción de LA NACION

lunes, agosto 21, 2006

Orquesta Tipica La Furca - Que hacemo´ acá?

Lo tiene nada que ver con nada, pero no pude resistirme a colgar un videito que hicimos con mi grupo. (para los que no me conocen, soy el que toca el bando del medio) Perdón por la disgreción tanguera...

sábado, agosto 19, 2006

El negro Tony


Tony Negri ataca de nuevo. Justo cuando nos librábamos del Fondo, aparece la otra misión, también para decirnos qué es lo que nos conviene y qué no. OK, es un toque exagerado pero no tanto. América Latina no fue precisamente reacia a incorporar el pensamiento europeo a lo largo de su historia, hoy tampoco. Quiero decir: no somos una intifada refugiándonos en el Corán contra el avance occidental. Pero si todo lo que tiene el nuevo pensamiento de izquierda europeo es esto, mejor digamos "gracias, no te molestes".

Para los que se atrevieron con el extenso y reiterativo Imperio, ya sabrán de lo que hablo. Aunque tiene algunas cosas interesantes, sostener que los procesos de liberación nacional en todo el planeta solo sirvieron para reforzar el dominio capitalista es un poco mucho. Dicen en la pretendida nueva biblia de los desposeídos: "Desde la India a Argelia y desde Cuba a Vietnam el Estado es el regalo envenenado de la liberación nacional" (página 131 de la edición de Paidós) ¿Y eso por qué? Y explican: "Mientras este nacionalismo procura liberar a la multitud de la dominación extranjera, erige estructuras internas de dominación que son igualmente severas" (ídem) Me quedo con el presente griego de ese Estado, Tony. En muchos casos sirvió para que sociedades terriblemente injustas y diezmadas por el saqueo externo intentar construir algo mejor. Y tener un lugar desde el cual pensar el mundo, nada menos. La India será un desastre, tendrá "estructuras internas de dominación", pero porque es un estado soberano y no una colonia británica ha podido trabar las negociaciones en la OMC, en la disputa por las barreras comerciales. Eso es más, mucho más, importante que las marchitas globalifóbicas que los chicos bien alimentados del primer mundo hacen por los hambreados del tercero.

Pero el tema es que Negri está a full con Latinoamérica, tanto que sacó un libro sobre el tema. En la entrevista -podemos suponer que muestra las tesis fundamentales del material publicado- pareciera que está entusiasmado con la realidad continental, le gusta los gobiernos de Chávez, Lula, Evo, Kirchner. Bien. Hasta que manda: "El bloque de biopoder es indudablemente feroz. Pero se trata de escapar e inventar una nueva política democrática que lo desarticule. El nacionalismo, el discurso económico del desarrollismo y el lamentable antiimperialismo sólo refuerzan el bloque de biopoder" ah bueno, ¿qué película está viendo entonces? Ahí es cuando vuelve a ser coherente con lo escrito en Imperio. América latina le resulta atractiva porque abre una "ruptura" aunque no la define bien. No sé, pareciera que le gusta porque hay quilombo, algo se mueve, pero a la hora de los bifes termina pidiendo que cada líder que deje de ser lo que es:

"Nosotros esperamos que el gobierno de Lula, en su próximo segundo mandato, se abra y se nutra de las iniciativas bolivarianas tanto como esperamos que los colores exageradamente nacionales de una gran experiencia como la de Chávez –y tal vez la de Evo– se destiñan"

No entiende. Chávez y Evo están ahí porque son cobrizos, no destiñen. Se trata justamente de eso, de no más darle la espalda a esos colores. Exageradamente nacional será la derecha italiana, para la cual Negri no ha representado peligro alguno -dicho sea de paso-, pero por estos lares no solemos tener un nacionalismo aislacionista o xenófobo. Al contrario, ahora que hay gobiernos de corte nacional es cuando más avanza la integración latinoamericana. Cuándo hay más Estado, con más dinero, al menos acá, en el tercermundo, es cuando la gente tiene más chances de vivir dignamente. El resto es ciencia ficción.

domingo, agosto 13, 2006

Mexicanos calientes


La verdad, es que tenía mis dudas sobre la verdadera masividad de la protesta de Lopez Obrador, pero encontré este video que muestra a clientes de un supermercado sumándose a la consigna perredista de "voto por voto, casilla por casilla". Aunque no sea un estudio sociológico, muestra una movilización de la sociedad mexicana que supera a lo esperable en una rencilla electoral. Algo así como el cacerolazo argentino, pero mejor, sin la boludez de la antipolítica y la magia asamblearia: ciudadanos-consumidores (aceptémoslo, al fin en eso nos transformó el capitalismo globalizado) peleando por más y mejor democracia.

viernes, agosto 11, 2006

El ensayo boliviano


Si las comparaciones históricas fueran válidas estaría tentado en pensar que en Bolivia sucede algo similar a lo que intentaron los chilenos en el 70. ¿En qué sentido? Una alianza social muy radical, movilizada, sedienta de beber luego de un recorrido extenso y desértico llega al gobierno, y desde ahí debe atravesar la tensión que significa auto limitarse en sus fuerzas con el fin de conducir un proceso político al que debe modificar a la vez que respetar. En síntesis, el ensayo de la revolución democrática. La connotación "socialista" que algunos le dan (como Stella Calloni) es menos relevante: ya sin guerra fría habrá que preguntarse qué significa tal término. De todas maneras el vicepresidente Alvarez Linera -marxista declarado él- viene repitiendo que su programa no apunta a disolver el capitalismo (¿habrá que preguntarse que significa esto también hoy en día?) sino a desarrollarlo bajo premisas nacionales.
Pero, decía, esto es menos relevante. Lo interesante, creo, es ver como esa fuerza mayoritaria, pero aún mas importante, politizada y movilizada, encuentra la racionalidad política para caminar por la delgada cornisa que parece ser el único sendero posible de éxito: redimir a las mayorías sociales, aunque sea en términos culturales y políticos que ya sería mucho, a la vez que logra incorporar en un pacto tácito a los minúsculos pero irremplazables sectores dominantes. Poniendo un ejemplo concreto: del total del presupuesto nacional, el aporte de Santa Cruz (la región de la abundancia en el país de la pobreza, de la blancura en el país de los indios, el bastión electoral de la derecha) al tesoro nacional es de más del 40%. O sea, Houston, tenemos un problema. Se podría pensar que no es distinto a cualquier situación donde el Estado tenga que recaudar en los sectores adinerados para distribuirlo hacia abajo. Pero sí. Porque en el caso de Bolivia, al estar la riqueza concentrada en una región (donde no solo viven ricos, obviamente) la posibilidad de que la burguesía local invoque con éxito al conjunto de la población en defensa de sus intereses es bien alto, como lo demuestran los números de la última elección.
El ensayo boliviano es también toda una novedad en otro sentido. A diferencia de otros gobiernos progresistas de Latinoamérica, éste es hasta ahora el único que se somete al escrutinio casi cotidiano de las fuerzas sociales que le dieron nacimiento. En el resto de los casos podemos encontrar o bien una sociedad no tan movilizada donde el gobierno va a la cabeza de los cambios -como en el caso de Argentina- o bien un gobierno que "fogonea" la construcción política de la sociedad, pero que la utiliza más como herramienta legitimadora que como espejo donde mirar sus logros y flaquezas -como podría pensarse a Venezuela-. Bolivia en cambio parece intentar llevar a la praxis la romántica idea zapatista: mandar (gobernar) obedeciendo. Aunque podamos acordar rápidamente que un cumplimiento cabal de esto lleva indefectiblemente a la anulación de ambos términos (no se puede "mandar" a la vez que se "obedece") la sola aproximación a una situación política donde un poder estatal se auto-someta al escrutinio de organizaciones sociales -que además no controla 100%- merece, creo, el término de revolucionario, y tal vez más, el de arriesgado. En unos días, Evo prometió que iba a llevar a su gabinete a rendir cuentas ante los movimientos sociales que, ya avisaron, tenían duras críticas que hacer a muchos ministros. Se verá. Un buen dato es que no todas parecen ser corridas por izquierda: según se publicó algunos sectores sindicales pedirán la renuncia de la ministra de justicia (una ex-trabajadora doméstica) para que la reemplace "UN jurista". Habrá que darle la razón al amigo Paniagua que gusta en afirmar que los pueblos -aún sus organizaciones, si son representativas- son cualquier cosa menos troscos.
A estas encrucijadas políticas, se le podrían añadir un sinnúmero de problemas económicos, que además se conectan con esa necesidad de caminar por la cornisa de la que hablábamos antes. Cómo resumen, digamos que si bien la nacionalización de los hidrocarburos "se hizo", YPFB acaba de reconocer que no tiene ni el capital, ni la infraestructura para realizar una nacionalización efectiva, es decir hacerse cargo en término reales de la desición política. Confiemos en que la sabiduría indígena (esa que les hizo aguantar 500 años) les de la paciencia necesaria para que los cambios, aunque no sean ni totales y veloces, se puedan concretar.