EL OMBLIGO DEL MUNDO

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martes, junio 06, 2006

SE ACABO LO QUE SE DABA


  1. Perdió Humala. Perú no se incorporó al eje del mal. La elección peruana parece ser la primera para muestra de que un ciclo terminó: después de algunos años donde se sucedían victorias de "populistas", en Perú el representante de esa ola no llegó. Si a eso le sumamos la barrida de Uribe hace pocas semanas y la probable derrota de Lopez Obrador en México, tenemos un cuadrito bastante armado de la nueva microcoyuntura.
  2. Entre fines de los noventa y este año, se acumularon caídas de gobiernos, de planes económicos, de partidos, de líderes regionales, etcétera. Ya sea por revueltas populares, (clasemedieras o indígenas, según el país) ya por prolijas elecciones republicanas, la mayoría de los regímenes "liberales" habíanse hecho humo. Muy parecido al 30. Es decir, combinación de crisis económica y política que se lleva puestos no solo al elenco gobernante, sino a un discurso, a una mirada del mundo.
  3. venía todo fenómeno: Chávez, Lula, Kirchner, Tabaré, Bachelet, Evo. Hasta en la intervenida Haití ganaban los malos....
  4. ¿Porque se paró el carro de la historia? ¿Los pobres se arrepintieron? todo puede ser, pero arriesgo dos ideas: Por un lado, van unos cuantos años de macroeconomía favorable para Latinoamerica. Ya sea Brasil, Argentina o...Perú, los bienes primarios están bien arriba y eso va salvando las papas. Con números equilibrados, con Estados menos acogotados, es más dificil que se elijan "loquitos" que, aunque simpáticos, son poco tranquilizadores como "administradores". Es más, dado el cimbronazo regional, ahora los mismos gobiernos "pro -yanquis" pueden tomar medidas populares. Un ejemplo es Ecuador que sin hacer la revolución india, le está aumentado las regalías a las petroleras. Y es que el margen se corre para todos.....
  5. Y la otra explicación es: ¡Qué mal viene saliendo la construcción de la Patria Grande! ¡Un curso de cintura política para Chavez, urgente! Yo creía que algo se había aperendido de eso que las revoluciones (o las reformas, para aggiornarlo un poco) no se pueden exportar. ¿Qué pensó el comandante, que iban a abrirle Lima para su entrada triunfal como si fuera (realmente) Bolivar? El poder obnubila a todos, a todos. Si bien las palabras adquieren una carga según quién y cuándo sean dichas, algunas deben sobrepasar ese umbras hiperrelativista: democracia, autodeterminación de los pueblos. No son "nuestras" palabras, son el campo de batalla, la arena para pelear con los otros. Si embarramos mucho ese campo nos quedamos desnudos, nos volvemos más frágiles.